domingo, 31 de mayo de 2020

La fragilidad del bien. Sobre el origen de la filosofía de Martha C. Nussbaum.



Actualmente Martha C. Nussbaum, premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales en 2012, es sin discusión una de las mejores representantes de la filosofía contemporánea. Su obra ya es enormemente extensa y ha repasado los principales problemas contemporáneos, entre otros y sin ánimo exhaustivo: la desigualdad, la libertad de conciencia, la importancia de la educación y de la igualdad de oportunidades para el desarrollo de las capacidades personales, la pobreza como principal problema que crece en las sociedades desarrolladas y que puede acabar generando un problema de difícil contención a medio plazo, el papel de las emociones humanas y su íntima relación con una justicia práctica equilibrada, el miedo como argumento contra las libertades y la democracia, el concepto de patriotismo en las sociedades contemporáneas, el feminismo como equilibrio de una sociedad avanzada. Difícilmente pueda encontrarse una obra que conjugue tantos temas y tratados todos ellos con una profundidad y un rigor que permiten que su altura filosófica sea realmente asombrosa, que con seguridad le permiten ya estar entre los pensadores más importantes del siglo XX y con seguridad va a serlo del siglo XXI.

Tratar en un breve espacio su obra no es posible, aún de forma introductoria o divulgativa, porque su extensión y variedad hace que ello sea no sólo complejo sino estéril, ya que no permitiría ofrecer una visión adecuada y realista sobre tan magna obra y que previsiblemente va a ampliarse dado la fecundidad demostrada de la autora. Por ello, es preferible acometer parcialmente los temas sobre los que ha trabajado profundamente, sin que por ello pueda considerarse que el análisis de esa parcela esté completo. La obra de Nussbaum en cada uno de los asuntos que acomete es de un rigor y una profundidad tan exhaustivos que cada obra de esta autora permitiría un estudio especializado crítico y amplio que y, aún y así, no cubriría todos los aspectos y aristas que descubre en cada una de sus obras. 

Un recurso en estos casos en los que se trata de acometer el comentario, aun divulgativo, de una obra filosófica muy amplia, profunda y variada es acometer en primer lugar el origen y las bases sobre las que se sustenta la filosofía del autor que se trate. Ello permite situar una obra extensa y variada en un contexto ya reconocible, permitiendo avanzar en posteriores escritos sobre los distintos temas que ha tratado la autora de modo que sean más comprensibles, una vez que se han definido los principios filosóficos de los que parte.

En el caso de Marta C. Nussbaum el origen de su pensamiento filosófico es muy claro: no es otro que el profundo conocimiento que tiene de la filosofía clásica griega y que considera que su interpretación puede dar lugar a añadir claves nuevas que permitan avanzar en épocas inciertas como las actuales tal como señala en una de sus recientes obras, La monarquía del miedo. 

El origen de su filosofía es una permanente reivindicación de la actualidad de la filosofía clásica, pero con una diferencia fundamental comparativa con otros exégetas de las obras de los clásicos, ya que muchos de ellos con enorme frecuencia, más de la razonable, realizan interpretaciones y consideraciones sobre la obra clásica, pero sin que ello lo trasladen de modo convincente e inequívoco al mundo actual y sus problemas. Martha Nussbaum lo consigue sin embargo con pleno éxito.

Dos obras de sus inicios, como La Fragilidad del bien. Fortuna y ética en la tragedia y la filosofía griega (1986, traducida al castellano en 1005) y la posterior La terapia del deseo. La teoría y práctica en la ética helenística (1994, traducida al castellano en 2003), muestran inequívocamente las ideas que sustentan toda su obra posterior. 

De la primera de sus obras toma prestado el título este escrito porque resume a la perfección una idea que preside su filosofía: el bien es escaso y frágil, depende de múltiples circunstancias para que este sea real y se mantenga, por ello deben hacerse todos los esfuerzos posibles para evitar que aparezca su antagonista que siempre acecha, el mal.

Son dos obras seminales donde la autora se reencuentra con su inicial formación académica desde la que parte con un impresionante bagaje que le permite en sus obras posteriores tener un soporte ético enormemente elaborado, donde reinterpreta ampliamente los principales problemas vitales que aquellos remotos autores habían descrito pero ya desde la óptica del siglo XX. Ello le permite suministrar  más respuestas para transitar por la duda que siempre existe en el pensamiento sobre los problemas actuales.

Martha N. Nussbaum reconoce a la filosofía clásica como un verdadero instrumento interpretativo de los problemas actuales. Esa es la verdadera grandeza de su filosofía, ya que retrotrae al lector a aquel remoto pasado para inmediatamente suministrarle las claves en el asunto de que se trate para que aquellas conclusiones o reflexiones le sirvan para interpretar y canalizar aquellas ideas al análisis del problema social o filosófico contemporáneo. Esa vertiente de su obra es lo que le ha permitido elevar su filosofía a la cumbre del pensamiento contemporáneo, ya que aúna magistralmente clasicismo, modernidad, contemporaneidad, lo que permite considerar a sus propuestas como cosmopolitas y universales.

Como ejemplo de lo anterior explica: “La atención helenística al mundo interior no excluye, sino que de hecho lleva directamente a prestar atención a los males de la sociedad. Uno de los logros más impresionantes de la filosofía es haber mostrado irrefutablemente y con detalle como las condiciones sociales conforman la emoción, el deseo y el pensamiento. Una vez mostrado eso, y tras explicar que el deseo y el pensamiento, tal como hoy se hayan configurados, están deformados, nuestros filósofos se ocupan, naturalmente, de las estructuras sociales por cuya mediación esos elementos han adquirido forma, así como de su reforma”, (Terapia del Deseo, p. 31). Con ello demuestra inequívocamente su posición sobre la idea de la validez y aplicación de la filosofía clásica a los problemas actuales. 

Ello, por supuesto, exige el haber profundizado en los principios filosóficos del pensamiento griego desde un punto de vista muy amplio que a la vez estime lo particular de aquella época, situarlo en su contexto histórico-social y a su vez transportarlo a nuestra época de un modo que pueda aplicarse a la etapa social actual. Eso que podría parecer asequible, es tremendamente complejo porque exige un dominio absoluto de la filosofía clásica y también entenderla de tal modo que pueda ser útil filosóficamente hoy. Prueba de ello es que una inmensa mayoría de la filosofía contemporánea que se apoya en la filosófica clásica acaba siendo una lectura e interpretación de aquella en su contexto como un comentario de texto. Utilizar en ese sentido la filosofía clásica es estéril, ya que precisamente si hoy la filosofía antigua tiene una utilidad práctica sería el utilizarla para crear arquetipos aplicables a los problemas actuales y una simple lectura sobre aquella no es suficiente. 

En ese sentido Martha Nussbaum está a años luz de la inmensa mayoría de otros intérpretes contemporáneos, porque su lectura de la filosofía helenística clásica transmite en toda su obra una actualidad sugestiva para el lector actual que rápidamente es impelido a que busque la aplicación al problema contemporáneo.  Su magisterio en ese sentido es innegable. 

Sobre la radicalidad con la que entiende Nussbaum la utilidad de la filosofía basta con acercarse a la cita sobre la filosofía que utiliza de Karl Marx. Hay que pensar que Marx escribió una obra que tituló Miseria de la filosofía como respuesta a Pierre-Joseph Proudhon a las tesis expuestas por este en su obra Filosofía de la miseria. Marx en ese libro da réplica a Proudhon en la que reivindica que “la filosofía debe ser el arma intelectual del proletariado” para desde ahí comprender la economía política desde los hechos económicos, contra la idea de Proudhon en la que defiende a la sociedad propietaria pequeño- burguesa que según él evitaría la descomposición social.  Marx era un filósofo profundo porque creía que las ideas cambiarían el mundo. Tiempo después le malinterpretaron y consideraron que esas ideas impuestas por la vía de la fuerza acelerarían la historia y consiguieron el desprestigio de la muy potente argumentación del pensamiento marxista.

Así en Terapia del Deseo, en la primera cita de introducción al libro trae una cita de Marx donde este señala: “La filosofía no está fuera del mundo, de la misma manera que el cerebro del hombre no está fuera de él por el hecho de no estar en su estómago, pero la filosofía, desde luego está en el mundo con su cerebro antes de tener los pies sobre la tierra”. Karl Marx 1842.

Es muy sutil que en la primera cita de un libro sobre filosofía helenística y su aplicación actual, se cite al filósofo que representó una renovación en la filosofía, reivindicando que está debe ser práctica y alejarse de cuestiones exclusivamente metafísicas para explicar la realidad.  

Martha Nussbaum reivindica la necesaria aplicación práctica de la filosofía, que es tanto como decir que desea alejarla de especulaciones puramente metafísicas, que no niega, pero que las considera complementarias e indicativas de la época en que se realizaron determinadas afirmaciones por los clásicos, pero que hoy deben interpretarse sin esa connotación que las deformaría notablemente bajo el prisma actual.

Bibliografía utilizada:
- NUSSBAUM, M.C., La fragilidad del bien. Fortuna y ética en la tragedia y la filosofía griega, Boadilla del Monte, Antonio Machado libros, 1995, 2ª ed. 2004.
- NUSSBAUM, M.C., La terapia del deseo. Teoría y práctica de la ética helenística, Barcelona, Paidós, 2003.
- NUSSBAUM, M.C., La monarquía del miedo, Barcelona, Paidós, 2019.

2 comentarios:

  1. No he leído nada de esta autora. La fragilidad del bien es un bonito título. Me inspira a decir la fragilidad de la delicadeza. La delicadeza del bien. El bien y la verdad de las obras como pudo decir Unamuno inspirado en el Quijote. La verdad que hace obrar. Todo lo que hay que resolver cada uno con su persona y su oficio.

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